La urología es la especialidad médica encargada de diagnosticar y tratar las enfermedades del aparato urinario, tanto en hombres como en mujeres. Esto incluye órganos como los riñones, los uréteres, la vejiga y la uretra.
Además, los urólogos son responsables de la salud del aparato reproductor masculino, que abarca el pene, los testículos, el escroto, el epidídimo, el conducto deferente, las vesículas seminales y la próstata.
Sin embargo, muchas personas todavía sienten cierta reticencia a visitar al urólogo, a pesar de que una revisión a tiempo puede marcar la diferencia en el diagnóstico y tratamiento de patologías graves.
Desde Lyx Urología, le contamos en qué situaciones es recomendable visitar al urólogo y a qué edad conviene empezar con chequeos preventivos.
¿A qué edad deben comenzar las revisiones urológicas?
Según la Asociación Europea de Urología, los hombres deberían iniciar sus revisiones urológicas entre los 45 y 50 años, siempre que no existan antecedentes familiares de cáncer de próstata u otras patologías, en cuyo caso es aconsejable comenzar antes.
El cáncer de próstata es el más frecuente en varones y el segundo con mayor mortalidad tras el cáncer de pulmón. Lo preocupante es que en sus fases iniciales suele ser asintomático, por lo que la única manera de detectarlo a tiempo es mediante chequeos periódicos.
Se estima que una visita anual al urólogo permite diagnosticar más del 90% de los casos de cáncer de próstata en fases tempranas, lo que mejora significativamente las posibilidades de éxito del tratamiento.
Síntomas que indican que debe visitar al urólogo
Tanto hombre como mujeres deberían visitar al urólogo si presentan alguno de los siguientes síntomas:
Dolor persistente en la zona lumbar, el abdomen o la pelvis.
Molestias al orinar: ardor, dolor, dificultad para iniciar la micción o sensación de vaciado incompleto.
Cambios en el flujo urinario: goteo, interrupciones o urgencia para orinar.
Presencia de sangre en la orina (hematuria), un signo que nunca debe ignorarse.
Incontinencia urinaria o escapes involuntarios.
En los hombres, además, conviene consultar al especialista si se presentan:
Disfunción eréctil o dificultades para mantener relaciones sexuales.
Eyaculación precoz, pérdida de libido o infertilidad.
Síntomas de infecciones de transmisión sexual (enrojecimiento, heridas, picor o dolor en la zona genital).
Síntomas asociados al cáncer de próstata
A pesar de que en sus primeras fases el cáncer de próstata no suele dar señales evidentes, cuando la enfermedad progresa pueden aparecer síntomas como:
Flujo urinario débil o entrecortado.
Dolor o ardor al orinar.
Dificultades para vaciar la vejiga.
Dolor continuo en la zona lumbar.
Problemas para mantener relaciones sexuales.
Hinchazón en piernas o pies.
Pérdida de peso repentina o cambios en los hábitos intestinales.
Ante cualquiera de estas manifestaciones, la visita al urólogo es fundamental para descartar complicaciones y determinar el tratamiento más adecuado.
La urología también es cosa de mujeres
Aunque la urología muchas veces se asocia solo a hombres, lo cierto es que la urología también aborda problemas urinarios en mujeres, como:
Infecciones urinarias recurrentes.
Incontinencia urinaria.
Vejiga hiperactiva.
Dolor pélvico crónico.
Litiasis renal (piedras en el riñón).
En estos casos el urólogo trabaja en coordinación con ginecólogos y otros especialistas para ofrecer un abordaje integral.
Urología preventiva: la importancia de la revisión anual
Al igual que ocurre en otras especialidades médicas, visitar al urólogo debería incorporarse a la rutina de cuidado de la salud. En el caso de los hombres, este seguimiento se vuelve especialmente relevante a partir de los 40-50 años, etapa en la que aumenta el riesgo de desarrollar problemas prostáticos y otras patologías urológicas.
La urología preventiva ofrece múltiples beneficios. En primer lugar, permite detectar precozmente enfermedades graves como el cáncer de próstata, cuyo pronóstico mejora si se identifica en fases iniciales. Además, ayuda a reconocer factores de riesgo antes de que aparezcan síntomas y a establecer medidas de control personalizadas para cada paciente.
Otro aspecto fundamental es que facilita el tratamiento temprano de problemas funcionales y sexuales, lo que contribuye a evitar complicaciones y mejorar la calidad de vida. La revisión urológica anual no debe entenderse como una consulta opcional, sino como una inversión en salud y bienestar a largo plazo.
Nuevos avances en el diagnóstico
La tecnología ha transformado la forma de diagnosticar enfermedades urológicas. Hoy en día existen técnicas avanzadas como Focalyx, que permite detectar el cáncer de próstata de manera más precisa y menos invasiva, reduciendo la necesidad de procedimientos innecesarios y aumentando la seguridad del paciente.
Visitar al urólogo no debería posponerse hasta la aparición de síntomas graves. Tanto hombres como mujeres pueden beneficiarse de la atención preventiva, mejorando su calidad de vida y reduciendo riesgos a largo plazo.
En Lyx creemos que la prevención es la mejor herramienta para cuidar su salud. No espere a que aparezcan los síntomas. Una revisión a tiempo puede marcar la diferencia. ¡Pida cita ahora!
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